Después de varios años, el reloj de la Catedral Metropolitana de Oaxaca volvió a sonar al ritmo del Dios nunca muere, el himno de los oaxaqueños.
Transeúntes de la Alameda y Zócalo de la ciudad fueron sorprendidos con el sonido que marcan las horas.
La reparación de la reliquia fue auspiciada en parte por los hermanos Rodríguez Casasnovas y otros oaxaqueños que han buscado la forma de mantener la belleza del centro histórico de Oaxaca.
El reloj fue colocado en 1752 por el señor Maldonado que fue donado por el rey de España Fernando VI. Este reloj, fabricado en Londres, Inglaterra, procedía de la Catedral de Valencia.
Desde este lunes, quienes visiten la zona centro de la ciudad y tengan oportunidad de pasar por la Alameda de León podrán deleitarse con el sonido de está reliquia.