En la comunidad de San Francisco, municipio de Altamirano, a siete horas de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, solo había dos puntos de acceso a internet: la escuela, que sirve para dar clases desde primaria hasta telebachillerato y una casa donde vendían “fichas”, papelitos con la clave de acceso para usarla por 10 pesos la hora, aunque la señal no llegaba más allá de cuatro metros a la redonda.
Pero la antena de la casa se descompuso y dejaron por la paz el negocio de las fichas. Solo quedó como punto de acceso la escuela, que no aguanta muchas personas conectadas antes de colapsar. Así que en la comunidad, la mayoría no tiene acceso a internen ni fijo (porque no poseen computadoras) ni móvil.
“De mis alumnos –dice Gladys Hernández, profesora del telebachillerato-, 80% tiene celular, pero solo lo usan para llamadas y mensajes. No se usa para nada más, es difícil bajar videos u otras cosas que tardan mucho en descargarse, más cuando tienes acceso a internet solo por ratos”.
Eso limita mucho el acceso a herramientas que para otros son algo cotidiano, y en el caso de los estudios son un factor de desigualdad que incide en la preparación de los niños y jóvenes. “Mis alumnos siguen estudiando como años atrás estudiaban en las ciudades, aquí no se puede buscar en Google o descargar videos educativos de YouTube”, dice Gladys.
Aunque 82% del total de las localidades con presencia de población indígena cuentan con cobertura móvil en la tecnología 3G; solo 40% tienen acceso a la 4G, de acuerdo al Diagnóstico de Cobertura del Servicio Móvil en los Pueblos Indígenas 2018.
Ese 82% es el promedio general, pero hay casos como el del pueblo Cora, donde el 29% de sus localidades se encuentran con un índice de muy alta marginación, en el que solo 17% de su población cuenta con un teléfono celular, de acuerdo a lo registrado en el mismo reporte.
Además, las redes 3G son buenas solo para voz y datos. En internet esta generación fue pionera en alta velocidad, pero ya no es la red más rápida. 4G LTE ofrece servicios de voz y datos al igual que 3G, sin embargo, la velocidad de descarga puede ser casi dos veces más veloz y llegar más lejos que la red 3G.
Por ejemplo, en el caso de un vídeo en YouTube, en una red 4G la reproducción comenzará en solo un segundo, mientras que en 3G tardará 20 segundos (y posiblemente se interrumpa).
La diferencia entre la red 3G y la 4G o no tener acceso a ellas, para fines prácticos, es la comunicación, y esta es una necesidad vital. Según el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; […] incluye el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión.”
Tal derecho asegura el intercambio de información y el acceso a espacios y medios tecnológicos y sociales, y promueve la participación democrática de las personas para informar y ser informadas.
Los peores casos
En el diagnóstico, elaborado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), se identificaron que hay pueblos indígenas como el Seri (Sonora) y Pame (Querétaro y San Luis Potosí) en los que menos de 30% de su población cuentan con cobertura móvil en al menos una tecnología (2G, 3G o 4G).
En otros casos como los pueblos indígenas Cora (Nayarit), Chatino (Oaxaca), Chontal de Oaxaca (Oaxaca), Mixe (Oaxaca) y Triqui,(Oaxaca), al menos 50% de la población cuenta con cobertura del servicio móvil en alguna opción (2G, 3G o 4G).
Para este reporte, se tomaron en consideración nuevas variables como el índice de marginación, el porcentaje de población indígena que cuenta con un teléfono móvil de conformidad con el Atlas de los Pueblos Indígenas de México del INPI, y el número de proveedores que brindan el servicio en las localidades.
Con la inclusión de estas nuevas variables se pueden realizar análisis puntuales sobre la correlación que existe entre éstas y la disponibilidad del servicio móvil. Si bien existen algunos casos en los que se cuenta con un porcentaje alto de cobertura, se advierte que el porcentaje de población con teléfono móvil es bajo al estar relacionado con el índice de marginación.
En algunos pueblos indígenas con una población de entre 20 mil a 50 mil personas, como el caso del pueblo Yaqui, en el que 4% de sus localidades se encuentran en muy alta marginación, la población con un teléfono celular es de 57%. En el caso del pueblo Cora, donde 29% de sus localidades se encuentran con un índice de muy alta marginación, tan solo el 17% tiene teléfono celular.
Los purépechas, con un rango de población indígena asociada de entre 150 mil a 200 mil , entre quienes el 2% de sus localidades se encuentran en muy alta marginación, solo 34% cuenta con un terminal móvil. En el caso del pueblo Tlapaneco, 25% de las localidades tiene una marginación muy alta, y solo el 15% de su población tiene acceso a un teléfono móvil.