Crónica | Laura Esquivel
Imágenes | Estación Foto
Como si Oaxaca no padeciera la cuarta ola de Covid 19, en la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en un acto multitudinario, Alejandro Avilés Álvarez se registró como precandidato de unidad a la gubernatura del estado.
A la vieja usanza, tratando de evocar tiempos de triunfos pasados y de un gran músculo, los priístas de base y los ex aspirantes a la precandidatura, quienes en su momento se inconformaron con su postulación, Francisco Villarreal, Eviel Pérez Magaña, Héctor Pablo Ramírez Puga, y otros le alzaron la mano, aunque sus rostros seguían desencajados.
Y ahí estaba la plana mayor priísta, los viejos y nuevos o bien los juniors, otro de los males que ha dejado el PRI.
Así, la llegada de Avilés Álvarez, con una hora de retraso, una característica común de los priístas, y de falta de organización, incluso de confrontación con medios de comunicación y entre ellos mismos, fue de los más destacado, y factores que en su momento, llevaron a este partido a dejar de ser una opción.
Sin embargo, confiados e incluso envalentonados, pues contenderán solos en en este proceso electoral, Alejandro Avilés se atrevió a vaticinar sobre un posible triunfo electoral el 5 de junio.
Avilés aseguró que está listo, pues para ello se ha preparado durante su carrera política, y agregó que el PRI va en unidad.
Dijo que las y los oaxaqueños tienen de dos caminos: seguir en el camino del desarrollo o por el retroceso con quienes han demostrado no saben gobernar.
Además, ofreció, una campaña limpia, sin descalificaciones ni guerra sucia, porque “no tenso tiempo de descalificar”, dijo que es uno de los priístas con críticas por no jugar limpio.
Así, aseguró que está listo y será el próximo gobernador de Oaxaca.