Alondra Olivera

La ribera del Río Atoyac se ha convertido en un tiradero a cielo abierto sin control, con un alto riesgo sanitario para las y los oaxaqueños.

Las montañas de basura se incrementan todos los días, debido a que particulares de varias organizaciones, entre ellas Catem, depositan ahí los desechos que recolectan de la población en general, sin que ninguna autoridad los frene o sancionen.

Los olores fétidos se desprenden a varios metros de distancia y los líquidos que destilan invaden todos los días el afluente, que a la fecha no cuenta con acciones para su rescate.

Cientos de vecinos en la zona están expuestos, los transeuntes y comerciantes, pues el tiradero se ubica a pocos metros del Mercado de Abastos, la zona comercial popular más importante de Oaxaca.

En el lugar hay basura de todo tipo, desde desechos animales hasta comida, pet y demás que debe de ser tratada, para evitar contaminación al ambiente y al afluente.

Pese a la situación, el edil de Oaxaca, Francisco Martínez Neri consideró injusto que al ayuntamiento se le busque sancionar cuando los responsables de arrojar la basura son los recolectores particulares.

Y pidió a la autoridad competente, en este caso la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Oaxaca (Propaeo), la cual se dijo sin atribuciones para sanear o recolectar la basura, investigar a fondo antes de buscar responsables.

Reiteró su llamado a la Federación y el Estado a encontrar soluciones juntos, para evitar riesgos a la salud.

Reconoció que hasta el momento no se ha adquirido el terreno para el nuevo basurero municipal, aunque ya están en pláticas para concretar el lugar donde se estará haciendo el empacamiento y manejo de residuos finales.

Para ello, invertirán 10 millones de pesos, confirmó el edil citadino.

También adquirirán otro más, dijo, para los desechos o basura que no es objeto de empaque ni reciclable.