Aunque en condiciones y escenario diferente, este 2020 es el segundo año que se cancela la Guelaguetza, máxima fiesta de los oaxaqueños.

La situación ocasionada por la pandemia de la Covid 19, la enfermedad que obligó al mundo a tomar enserio el cuidado de la salud, cancelar actos masivos y guardarse en casa, generó la suspención de la fiesta racial más importante de Latinoamérica.

El primer año que se canceló la fiesta de los Lunes del Cerro fue en 2006 durante el conflicto político social y magisterial que se registró en ese año en Oaxaca.

De aquella fecha ha trascurrido más de una década, y fue en ese entonces cuando integrantes de la Sección 22 del SNTE y de la desaparecida Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, quienes taparon los accesos para subir al Cerro del Fortín, así como quemaron el templete donde bailaban las distintas delegaciones.

Este 2020 en Oaxaca no hay una revuelta social, tampoco intereses políticos ni desastre natural que impidieron la celebración, este año un virus (SARS-CoV-2) que no se ve y no tiene cura, ocasionó un acción mucho peor: el temor a ser contraído.

La rotonda de las azucenas donde se ubica el auditorio Guelaguetza lució desierto, la ovación de 11 mil asistentes no se percibió, tampoco se escuchó la canción Mixteca, el jarabe del Valle ni la Flor de Piña.

En contra parte, los gritos de auxilio en los hospitales de Oaxaca por el personal médico continúan pero es poco el eco que tienen.

Quienes conforman la primera línea se encuentran desesperados debido a que no cuentan con insumos, material y equipo necesario para hacer frente a la Covid 19.