Eran las cinco de la tarde del 10 de abril de 1988, el Real Madrid jugaba la liga española y recibía al Logroñés. Ochenta mil espectadores se encontraban en el estadio para ver la victoria del equipo merengue.
El juego llevaba tan solo diez minutos de haber empezado cuando Martín Vázquez centra un balón al área chica del Logroñéz. Hugo Sánchez vio la posibilidad de meter un gol pero no llegaría a la posición perfecta, de modo que retrocedió para encontrarse con la pelota de espaldas a la portería. Hugo se impulsó con la pierna derecha para golpear el balón con la izquierda a dos metros del suelo. Fue la chilena perfecta, el balón se colocó dentro de la portería por el lado derecho del portero.
Durante tres minutos lo ovacionaron, la afición se volvió loca, no podían creer la manera en que se había ejecutado ese gol. El árbitro se acercó a Hugo y le dijo:
Gracias por dejarme ser testigo del mejor gol de la historia”.
Fue el mejor gol de mi vida, me gustó mucho porque fue como lo había imaginado y soñado desde niño. Es difícil decirlo, pero creo que la practiqué unas 15,000 veces a lo largo de mi carrera“ Dijo Hugo Sánchez en una entrevista para un diario español.
Ocho años antes nunca pensó que el público español lo aceptaría con esa admiración.
Hugo Sánchez
El futbolista más famoso de México nació en la Ciudad de México el 11 de julio de 1958. Desde pequeño mostró que tenía aptitudes deportivas, en específico con el fútbol. A los 11 años, debido a su insistencia, se incorporó a las fuerzas básicas de los Pumas de la UNAM, lugar donde fue observado por los directores de la selección juvenil de México que lo invitaron a formar parte del equipo. Ahí logró el título en el Mundial Juvenil Amateur Sub-20.
Debido a sus habilidades en la cancha fue bautizado como “el Niño oro”
En 1976, Hugo debuta en primera división para los Pumas y 5 meses después mete su primer gol contra el América en la cancha del Estadio Azteca. Con Pumas de la UNAM, Sánchez fue campeón de Liga en las temporadas 1976-77 y 1980-81, subcampeón de la Concacaf en 1981 y campeón de la Copa Interamericana el mismo año. En 1979, y por partida doble, alternó su actividad entre este equipo y el San Diego Sockers, de la NASL, liga estadounidense de fútbol-soccer anterior a la actual MLS.
Pero fue en 1981, cuando cargado de ilusión y coraje, partió hacia su primera escala española, el Atlético de Madrid.
El 9 en España
En agosto de 1981, el Atlético de Madrid contrató a Hugo Sánchez. La noticia no fue del agrado de la afición española: un mexicano, moreno y chaparrito llegaba a jugar a un equipo de europeos que creían pertenecer a una clase diferente.
Los primeros tres meses en la cancha fueron los más difíciles. Cuando Sánchez entraba al estadio le gritaban: Indio, Sucio y mexicano (de manera despectiva). En especial en el estadio del Barcelona, el Camp Nou. La afición no confiaba en él, no sabían quién era y lo más fácil era juzgarlo por su apariencia física y tratarlo de manera despectiva. Sin embargo, Hugo aguantó, esperando su momento.
Las cosas comenzaron a cambiar el 30 de noviembre del mismo año. Ese día, Hugo mete su primer gol en la Liga Española y lo que parecía ser un empate se convirtió en un triunfo del Atleti. A partir de ese momento, fue una máquina de goles y conforme más anotaba, más lo respetaban. 19 goles, un pichichi y la Copa del Rey, lo hicieron ganarse el afecto de la hinchada rojiblanca en donde pasó cuatro años jugando.
En 1985, ya era querido en su equipo pero los rumores comenzaron a circular y la afición se negaba a aceptar que Hugo Sánchez se iría al equipo rival de la capital: el Real Madrid. Sin embargo, el miedo de la afición colchonera se cumplió ese 15 de julio: Hugo Sánchez firmó contrato con el equipo merengue.
En su debut se estrenó con un gol y una expulsión. En cuestión de meses se convirtió en el ídolo del equipo, pasó del rechazo al amor y en su primera temporada quedó como campeón de goleo. En el Real Madrid ganó todo lo que estuvo a su alcance: Liga, Copa, Supercopa y Copa UEFA. Cuatro pichichis y el apodo, “El Pentapichichi”.
Por más de 20 años mantuvo dos marcas de la liga española: junto a Telmo Zarra fue el máximo goleador de la liga con 38 anotaciones, así como el máximo goleador extranjero del balompié español. Solamente fue superado por dos astros que ahora parecen inalcanzables: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Hugo siempre supo su valor y, con gran determinación, se ganó a una afición y a un país que lo recibieron sin cariño.
Tal vez él lo dijo mejor:
Cuando llegué a España, la gente me gritaba indio… Cuando me fui, me gritaban Hugol”