Agencias | México
México conoció a Eugenia Cauduro a finales de los ochenta cuando se convirtió en la imagen de “Una estrella más del Canal de las Estrellas”, una campaña de Televisa en la que la joven se paseaba por zonas arqueológicas y se encontraba con alebrijes. Esto ayudó a catapultar la carrera de Eugenia al estrellato, convirtiéndola en uno de los rostros más famosos de la televisión mexicana en los noventas.
Tuvo su primer protagónico en 1997, en la telenovela de Florinda Meza, ‘Alguna vez tendremos alas’, a la que le siguieron ‘Una luz en el camino’ en 1998 y ‘Nunca te olvidaré’ en 1999, entre muchas otras. Sin embargo, la actriz y exmodelo se encontró con una depresión que le costó años, pero que también le enseñó mucho sobre la felicidad y el amor propio.
Un enemigo silencioso
En 2008, se separó de Enrique Morán, padre de sus hijos Patricio y Luciana. La actriz le dijo a El Universal que esto la llevó a una profunda depresión en la que, de muchas formas, la hizo perder diez años de su vida antes de darse cuenta y así poder empezar a trabajar para llegar a un lugar más saludable y feliz.
“Me dolió muchísimo porque se me fue una década de mi vida,” comentó la actriz durante una entrevista en febrero de este año. “Son muchos años de no tener una relación, una pareja, de perder el gusto por mi propia vida.”
En terapia, Eugenia descubrió que subir 30 kilos fue una forma de protegerse, manteniéndose alejada de pretendientes y nuevas posibilidades amorosas. La actriz le dijo a El Universal que fue su manera de cerrar la puerta y decir “ahorita aquí no”. Durante diez años, perdió las ganas de enamorarse y se convirtió en una mujer solitaria a la que solamente sus hijos le traían felicidad.
