Hace 4 años cobró notoriedad en los medios Carlos Santamaría Díaz, un pequeño niño de (en ese entonces) 9 años de edad, que complementaba sus estudios en cuarto año de primaria con cursos en la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde tomaba los diplomados de Principios de equilibrio en disolución y Espectroscopía infrarroja, de RMN y espectroscopía de masas.
En el 2015 Carlos Santamaría decía que se aburría mucho en la escuela primaria, además de afirmar que había tenido problemas con sus profesores de educación básica por sus cuestionamientos. Todo lo contrario que había encontrado en la UNAM, donde se sentía aceptado. Lamentablemente todo eso cambió el año pasado.
En el 2018 acreditó el programa 10-14 del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), un examen que le posibilitó adelantar varios años académicos. Además, con tan sólo 12 años de edad se convirtió en el estudiante de licenciatura más joven de la UNAM, cursando oficialmente la licenciatura de Física Biomédica en la Facultad de Ciencias. Fue en ese punto cuando iniciaron sus problemas.
De acuerdo con una entrevista de Carlos Santamaría con Excélsior, fue calificado injustamente en la clase de álgebra. El profesor le puso cero en dos exámenes, a pesar de que respondía correctamente las respuestas. Tuvo que irse a extraordinario, donde pasó el examen con la calificación perfecta.
“Todo el semestre se me habían venido dando calificaciones injustas, (en la materia de Álgebra) y digo, bueno no quiero sacar esa calificación, voy a hacer el examen final y me ponen cero; entonces hago la segunda vuelta y me ponen el mismo examen en el que saqué cero, y pregunto en qué me equivoque, por qué saqué cero, entonces (la suplente del profesor titular) empezó a decirme que yo no tenía por qué estar ahí, que porque era un niño y que los niños no van a la universidad, bla, bla, bla. Todo era así, calificaciones injustas o una mirada fea”.
Eso no fue todo, otro profesor de la Facultad de Ciencia inició una campaña en redes sociales indicando que Carlos no merecía estudiar en la UNAM, cuestionando sus méritos académicos y logrando poner a buena parte de los estudiantes en contra del joven de 12 años. La campaña inició 15 después de que Carlos fue aceptado en la Facultad de Química, y no tenía ninguna prueba en contra de la capacidad de Carlos.
Fabián Santamaría, el padre de Carlos, llevó el caso de su hijo ante un tribunal federal, indicando que sufrió “acoso y difamación”. El tribunal resolvió a favor del menor de edad. Todavía está pendiente determinar la forma en que la institución reparará el daño, pero la resolución establece que la UNAM debe crear nuevos procedimientos académicos y administrativos para apoyar a alumnos menores de edad con talento. Además de capacitar a los profesores y burócratas para evitar casos de acoso escolar.
“Para nosotros es un triunfo que un tribunal colegiado resolvió que la UNAM tendrá que modificar o mejorar su legislación no sólo para proteger a Carlos, porque todo niño tiene derecho a estudiar en un lugar sano y seguro, sino a cualquier otro niño que demuestre las competencias para ingresar”, indicó Fabián Santamaría.
La Facultad de Ciencias amonestó al profesor que inició la campaña de bullying contra Carlos, y le puso una sanción administrativa a la ayudante del profesor de Álgebra. Por su parte, Carlos afirma que seguirá cursando su carrera en la UNAM.