Todas las mañanas, la alarma de Daniel Zellhuber suena para indicarle que es tiempo de empezar la rutina. Primero corre entre 7 y 8 kilómetros para después ejercitarse en el gimnasio y de inmediato ir a la escuela, todo con una sola idea en la mente: ser un prestigioso fisioterapeuta y que eso le sirva para convertirse en el mejor peleador de artes marciales mixtas del planeta.
Mientras en el Unitec Campus Atizapán, Estado de México, Daniel cumple con su deber como estudiante para ser algún día un profesionista, es con su mentor Raúl Romero que pule minuciosamente cada detalle para hacer de sí un atleta de respeto y abolengo de talla internacional.
“Entreno unas 5 horas al día”, dice a Infobae México el joven peleador de 19 años. “Nunca estás 100% preparado, siempre hay ciertas adversidades y cosas que se salen del control de uno, pero ahí juega mucho el hambre de cada peleador porque no todo está bajo control en la pelea, hay sorpresas, siempre hay mal golpe, cosas por el estilo y uno como peleador debe estar listo para llevar esos retos y salir adelante”.
Como buen adolescente, la crisis profesional le llegó más temprano que tarde, por lo que buscó estudiar algo que complementara esa decisión previamente tomada de adentrarse en el mundo de las artes marciales mixtas. Fue así que la opción de prepararse para ser fisioterapeuta cobró fuerza, al ir paralelamente hacia el mismo rumbo que su disciplina.
“(Su carrera) va de la mano con el deporte, yo la verdad no sabía qué quería estudiar, desde mucho antes sabía que quería ser peleador, llevo mucho tiempo entrenando pero al final del día elegí una carrera relacionada, uno siempre está lesionado o cosas así, la fisioterapia te puede ayudar a salir de lesiones y ayudar a otros a superar esas lesiones”, cuenta Zellhuber.
Tenía apenas tres semanas entrenando cuando se inscribió a su primer torneo, pero ni siquiera después de sus primeras peleas como amateur, pensó dedicarse de lleno a las artes marciales mixtas. Fue hasta su debut profesional que la adrenalina recorrió su cuerpo al grado de querer esa sensación para siempre, o al menos por el mayor tiempo posible.
“Cuando empecé a tomar todo más en serio fue después de mi primera derrota en amateur, fue la última, en 2014 en octubre. Fue difícil, para todos una primera derrota es difícil pero creo que ese fue el día en que me empecé a tomar el deporte con más seriedad, yo me prometí que nunca iba a volver a perder y aquí estoy. Más que el orgullo fue algo que cambió la manera en que veía el deporte y desde ese día, no he vuelto a perder y espero así siga mucho tiempo”, recuerda.
A partir de ahí, su crecimiento fue exponencial. Daniel Zellhuber llamó poderosamente la atención de Combate Américas, una liga de MMA que se ha expandido y ganado adeptos dentro del gusto de los aficionados y que por primera vez se presentará en Sudamérica, en Lima, Perú, donde el mexicano protagonizará la pelea estelar ante el local Gian Franco Cortéz.
“Para mí significa mucho, es la oportunidad que me está dando Combate Américas de enfrentar a un conocido rival allá en Perú. Siento que es una pelea dura pero así es como me he preparado para dejar todo en la jaula, el nombre de México en alto y demostrar por qué Combate Américas me está dando esta oportunidad”, afirma. “Me visualizo con un triunfo, he trabajado muy duro y siento que es algo que me merezco, solo es cuestión de ir el 31 de mayo a Perú y reclamar lo que es nuestro”.
Para ello es que ha madrugado para poder entrenar unas cinco horas diarias y alternar sus prácticas con la escuela. Mantener intacto su invicto con marca de 7-0 parece un duro reto con el escenario adverso en Perú, pero Zellhuber sabe cuáles son las claves para superarlo, al tener como ventaja su altura de 6’1” y un alcance de 77”.
“Las oportunidades se darán manejando mucho la distancia, Gian Franco es alguien que –por lo que he observado- le gusta intercambiar golpes, algo que a mí también me gusta, entonces siento que eso da para una pelea espectacular, a él le gusta el box entonces la idea es ser más precavido con las manos y la distancia; hacer mi pelea de siempre, con patadas, rodillas y en este caso, si se llega a dar, derribar pues me siento muy cómodo arriba, abajo, estamos listos”, desmenuza.
El apodado “Golden Boy” entró por última vez a La Jaula de Combate Américas en noviembre del año pasado cuando se presentó en Combate Monterrey ante el potente Salvador Izar. Allí demostró un despliegue de técnicas de Muay Thai con las que logró derrotar a su oponente de forma devastadora por TKO en el segundo asalto, manteniendo su invicto y logrando su segunda victoria de forma seguida dentro de la compañía.
“Quiero ser el mejor del mundo, suena fácil decirlo y ambicioso pero no creo que sea un imposible, creo que tengo habilidades y disciplina. Esas son mis metas, quiero llegar a lo más alto, quiero representar a México y se me considere uno de los mejores del mundo”, puntualiza.