La caída de un segundo árbol representantivo en la plancha del Zócalo de Oaxaca, puso a trabajar a funcionarios del gobierno municipal y del Estado, aunque algunos solo hicieron pasarela y se tomaron la foto.

La noche del jueves un estruendo se escuchó en la plaza representativa y nadie se esperaba que un segundo árbol se desplomara cuál soldado de muchas batallas no resistió más.

El exceso de humedad, raíces poco profundas y quizás una falta de tratamiento sanitario adecuado, y otras miles de hipótesis se dejaron escuchar como causas de la caída; lo cierto es que el hecho dejo al descubierto que las autoridades le dan poca importancia al patrimonio cultural natural de Oaxaca.

El martes, cuando se cayó un primer Laurel se vio, por primera vez, desde el encierro por la emergencia sanitaria, al presidente municipal, Oswaldo García salir a verificar el hecho, se tomó la foto y se retiró.

Lo mismo ocurrió este jueves cuando cargo algunas ramas que se habían cortado para empezar el posible retiro del árbol, a excepto de que ordenó el cierre de la plaza del zócalo por el riesgo de otras caídas.

Este viernes no se le vieron sus luces al edil capotalino, pues apenas y sale y le lleven reclamos de las pésimas condiciones en las que de encuentran las vialidades.

Mientras que se distinguir la presencia de algunos funcionarios que, en lo que va del año, no habían salido, ahí estaban de la Secretaría General de Gobierno, de la Secretaría de Medio Ambiente y hasta de la Comisión Estatal Forestal.

Sin embargo, un árbol más ya no está entre las jardineras, se dejó un hueco en el que lo tratarán de volver a colocar, pero lo cierto es que los funcionarios en Oaxaca no se preocupan por si uno más cae porque lo aprovechan para tomarse la foto.